Cuando dos ondas que se propagan en sentidos opuestos interfieren, se
produce una situación muy curiosa: la onda resultante tiene una
amplitud que varía de punto a punto, pero cada uno de los puntos oscila
con MÁS, y en fase con los demás, dando lugar a lo que se conoce como
ondas estacionarias.
Las ondas estacionarias pueden observarse en
una cuerda sujeta por ambos extremos en la que se produce una
vibración. La onda que viaja hacia la derecha se encuentra con la que se
refleja en el extremo fijo y se produce la interferencia de ambas.
La
cuerda que se ve en el vídeo se hace vibrar mediante un dispositivo
muy corriente en los laboratorios escolares (frecuencia = 50 Hz).
No
todas las ondas son posibles, ya que aquellas que no tengan un nodo en
los extremos están prohibidas. Existe, por tanto, una restricción física
(condición de contorno): la longitud de la cuerda tiene que ser un
múltiplo entero de una semilongitud de onda:
La velocidad a la que la onda se propaga por la cuerda depende de la densidad lineal de ésta (m) y de su tensión (T):
Combinando
ambas expresiones obtenemos una tercera que nos da la tensión que debe
tener la cuerda para que se formen las ondas permitidas.
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